viernes, 26 de diciembre de 2014

Pasión por leer

A la pregunta ¿cuál es tu afición preferida? Mi respuesta sería leer. Hay cosas como escuchar música, bailar y ver películas que me gustan. Pero la única cosa que sé que haré más de una vez a la semana (si puedo, todos los días) y con más ganas es leer.
Me encanta comprar libros ya sean nuevos o de segunda mano. Y no importa si tengo más de uno esperándome para ser leído. Los libros nuevos tienen ese encanto de ser la primera persona en usarlos, en abrir sus páginas con ese olor a nuevo. Pero los de segunda mano tienen otro olor (es curioso pero es otra cosa que me gusta de los libros, su olor) y ese misterio de no saber qué otras manos lo sujetaron y disfrutaron de sus historias.
Hay veces que ciertos libros a estrenar pueden ser un poco caros (mi presupuesto máximo son 20€), pero también es cierto que para quienes nos gusta esta afición nos parece más productivo invertir ese dinero en ellos que en otras cosas... Pero si no se quiere uno gastar mucho dinero, por no decir nada, los de segunda mano (que cada vez los hay en más sitios) son una buena opción.
Si te gusta tenerlos, si no pues a la biblioteca a alquilarlos. Esta opción, por ahora, la he descartado porque a mí me gusta tenerlos. Aunque no tenga mucho espacio en casa no me importa, siempre se pueden buscar recursos para guardarlos si no se pueden tener a la vista, que es lo que me gusta. (Algún día tendré en casa mi propia biblioteca...)
De hecho hay algunos libros que me han prestado y después me ha dado cierta rabia no tenerlos.
Volviendo a los libros de segunda mano me gusta comprarlos, sobre todo, cuando voy a Madrid a la feria que ponen en la Cuesta de Moyano. Allí los encuentras incluso por 0,50€. Y uno de los libros que compré por sólo 1€, y que desconocía hasta ese momento, resultó ser uno de los que más me han gustado: La décima clave de Antonia J. Corrales.
Aquí no suelo comprar libros con una idea fija, no voy con la idea de elegir ese o aquel. Son ellos quienes me eligen a mí de algún modo.
Aunque nunca se debe juzgar a un libro por su portada es verdad que hay veces en que ese es el motivo por lo que un libro resalta sobre otro "diciéndonos": yo, yo...
Este año me propuse un reto que conocí por una amiga que consistía en leer 50 libros en un año. 
Bueno, pues no lo he conseguido, pero no lo descarto para este próximo 2015.
Este año han sido 30, aquí os dejo la lista:

Invierno en Madrid de C.J. Sansom
Doctor Sueño de Stephen King
Un pretendiente para mi hermana de Mary Hooper
La manipulación de las mentes de Robin Cook
Muerte en la rectoría de Michael Innes
El psicoanalista de John Katzenbach
Un amor sin medida (cuento) de María Parra
Una familia feliz de David Safier
Un cadáver en la biblioteca de Agatha Christie
Las desventuras de Cleo (cuento) de Inma Pérez Ortola
Sol naciente de Michael Crichton
En territorio salvaje de Erin Hunter
Némesis de Agatha Christie
La puerta del tercer piso (cuento) de María Parra
Hielo y fuego de Erin Hunter
Crimen en la granja de Minette Walters
Las rubias de la 5th avenue de Plum Sykes
Drácula de Bram Stoker
Naturaleza muerta de Douglas Preston y Lincoln Child 
Cromosoma 6 de Robin Cook
La niña que nació del huevo de un dragón (cuento) de María Parra
Un gato callejero llamado Bob de Jame Bowen
Ojos de fuego de Stephen King
Legítima defensa de John Grisham
Toxina de Robin Cook
Vuelo final de Ken Follet
El misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux
El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide
Querer es poder (Monster High) de Lisi Harrison
Mr. Mercedes de Stephen King

Una de las cosas que me propuse es no dejar ningún libro a medias, darles siempre la oportunidad de descubrirlos por completo.
Este año le fallé a uno que dejé a la mitad y que leeré hasta el final el año que viene. Se trata de uno que compré por 1€, Ola de crímenes de James Ellroy. Pero este año no dejaré ninguno a medias y...

...¿Conseguiré llegar al reto de los 50?
Os iré contando.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Reseña del libro: Mr. Mercedes

Sinopsis

Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de parados esperan la apertura de la oficina de empleo para reclamar uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado. Han hecho cola durante toda la noche. 
De pronto, invisible hasta que lo tienen prácticamente encima, un Mercedes surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a todos los que encuentra a su alcance. Acto seguido, el coche da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos. El asesino huye dejando atrás ocho muertos y quince heridos.
Meses después, Bill Hodges, un policía jubilado que sigue obsesionado con este caso sin resolver, recibe una carta anónima de alguien que se declara culpable de la masacre. 
Brady Hartsfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes que ahora quiere recuperarla. 

Autor

STEPHEN KING  es autor de más cincuenta libros, todos ellos best sellers internacionales. 22/11/63 fue elegido por The New York Times Book Review como una de las diez mejores novelas de 2011, y por Los Angeles Times como la mejor novela de intriga del año. 
En 2003 fue galardonado con la medalla del National Book Award Foundation for Distinguished Contribution to American Letters, y en 2007 fue nombrado Gran Maestro de los Mystery Writers of America. 
Vive entre Maine y Florida con su esposa Tabitha King, también novelista. 
(Información sacada del mismo libro)

Opinión personal

Cuando me enteré de la existencia de esta novela (hace ya algunos meses) no sabía que no era del género de terror. Al ser de King no te imaginas que no lo sea… Es una novela policíaca (de hecho la primera que escribe de este género) y a mí este tipo de novelas me gustan así que, si además estaba escrita al estilo de King, la cosa prometía. Y sí, porque me enganchó desde el principio. Es uno de los libros de este escritor que más me ha gustado. Tuve la suerte de que fue un regalo de cumpleaños y eso hace que se haya convertido en uno de mis preferidos.
Es una novela directa, con las palabras claras, King no se anda con remilgos a la hora de expresar las cosas por su nombre. Una característica que encuentro siempre en todas sus novelas (por lo menos en las que he leído) es que hace referencia al alcohol y al sexo. Quizá si no hace algún tipo de referencia a ello no sería él…
Te enganchas desde el principio porque es de estos libros en el que a cada página quieres saber qué pasará y quieres saber cómo terminará la cosa. Si lo llevasen al cine sería una buena película porque son del tipo que me gustan, de asesinos.
Suena algo macabro, lo sé, pero me gusta leer y ver películas sobre el tema ¡qué le voy a hacer!
El protagonista, Bill Hodges que es un policía retirado, no quiere abandonar del todo la vida que ha llevado hasta ahora, así que no deja de darle vueltas a un caso que no llegó a buen puerto. Y cuando recibe una carta anónima del supuesto asesino encuentra la puerta abierta a reabrir por su cuenta el caso.
A lo largo de la historia contará con unos peculiares compañeros de aventura. Gente que se convierten para Bill en amigos y que te caen bien porque son personas sinceras, con principios y que no abandonan a Bill a sabiendas de que las consecuencias pueden ser muy malas…
Bill es un personaje al que llegas a conocer, King es buen maestro a la hora de retratar a sus personajes. Al leer te “conviertes” un poco en Bill y “sufres” con él porque sabes que la razón por la que se mete en esa aventura es buscar la JUSTICIA. El asesino que anda suelto es un verdadero cabrón y no se merece seguir jugando de esa manera con Bill. Y sobre todo no pagar por lo que ha hecho, debe ser atrapado. No diré que ocurre porque os fastidiaría el libro claro está, pero os diré que a cada página queráis descubrir el desenlace final sea cual sea porque, como digo, de alguna manera “seréis Bill” y querréis que termine la angustia psicológica que está viviendo.
Como viene escrito en el libro: Mr. Mercedes es la historia de una guerra entre el Bien y el Mal.
Bill el Bien y Brady el Mal.
Brady, el asesino, es un demente psicópata de gran inteligencia lo que le convierte en un gran peligro. Evidentemente en la vida real no me gustaría para nada Brady, pero tratándose de ficción es un personaje muy inteligente que por ese motivo llega a asombrarte.
Como no es de terror propiamente dicho usa la psicología del asesino para recalcar ese toque macabro y retorcido de los personajes que crea King.
Queda claro que si os gusta este tipo de lectura es un libro que tenéis que leer.
Y a mi modo de ver quizá, sin ser del género de terror, sea el libro que más miedo da porque un asesino de las características de Brady en el mundo real (que por desgracia si existen) es mucho más terrorífico.





viernes, 19 de diciembre de 2014

Adi, más que un gato

Hace ya 14 años que Adi llegó a mi vida. Mi hermana encontró un pequeño cachorro blanco y negro, de unos dos meses, solo por la calle y se lo trajo a casa. Se suponía que se quedaría con nosotros hasta que encontrase una casa para él. Era noviembre, cerca del cumpleaños de nuestra madre, y mi hermana le dijo que nos los quedásemos como regalo. Como hacía frío y no se le encontró (o no quiso mi hermana buscarle uno...) un hogar, se quedó con nosotros. Dos meses como mucho, decía mi madre que se quedaría... Mi hermana le puso el nombre de Adi. A mí me gusta porque empieza por A, primera letra del abecedario, así como Adi fue el primer gato al que empecé a querer. Hasta ese momento siempre había pensado que mi mascota preferida eran los perros. No he tenido nunca ninguno pero me parecían más simpáticos. Me gustan ambos, pero a los gatos los amo.
Los primeros días andaba con "el motor puesto," ronroneando continuamente. ¡Era adorable! Nosotras no parábamos de cogerle en brazos, lo que quizá sea el motivo por el que sea tan pegajoso y siempre quiera estar con la gente y encima suyo. La verdad es que es un gato muy cariñoso y muy bueno. Por eso, cuando hace unos años nos bufó sin motivo al cogerle, nos mosqueamos de que algo iba mal. ¡Y tanto qué iba mal! Estaba enfermo y no podía orinar bien. Tenía pequeños cristales en la uretra y al no orinar estaba infectándose. De hecho al llevarlo a la veterinaria, Alicia se llama, ella nos dijo que nos preparásemos para lo peor. Lloré mucho porque no quería perder a Adi. Pero gracias a la insistencia de Alicia porque Adi lo lograse y con un tratamiento nuevo, Adi quedó como nuevo. Estuvo unos días por casa muy malito con el collar isabelino puesto y atontado, pero logró salir adelante.
Antes jugaba más que ahora, gruñía más a los bichos que veía y dormía algo menos que ahora que es más mayor.



Pero aunque ya no sea un cachorro, para mi sigue siendo mi "gordito" con cara de peluche. Él es la razón por la que hice el curso de auxiliar de veterinaria. Y no es sólo un animal, para mí es mi familia.  Adi es más que un gato común.

Reseña del libro: Una familia feliz

Sinopsis

La familia Von Kieren está al borde del caos. La librería de la madre, Emma, está en la bancarrota; el padre trabaja demasiado; la hija adolescente no aprueba ni una asignatura, y al hijo pequeño la chica que le gusta lo humilla. Para colmo, después de una fiesta, una bruja hechiza a los Von Kieren y los condena a convertirse en el personaje del que van disfrazados: de repente, son una vampira, Frankestein, la momia y el hombre lobo.
Para romper el hechizo, este singular cuarteto partirá en busca de la bruja por medio mundo. Y en el camino se encontrará con un montón de monstruos auténticos: vampiros, lagartos gigantes y turistas alemanes en viaje organizado. Pero por mucho que busquen, los Von Kieren no podrán dejar de ser monstruos hasta que vuelvan a creer en la felicidad familiar.
  
Opinión personal

Al ser ya el cuarto libro que leía del mismo autor ya vas con la idea de si te puede gustar o no. Conoces su estilo literario y sabes qué puntos de sus relatos son los que te han hecho volver a elegirlo. De los cuatro, quizá, este es el que menos me ha gustado. No es ni mejor ni peor que los otros, simplemente las historias son diferentes y ésta no es de las que más me han gustado. Es muy fantástica, personas normales convertidas en monstruos por una bruja. En contraposición si me ha gustado, de la misma situación, la forma en que los personajes principales te vayan contando como lo viven. De hecho, el libro está contado por ellos mismos, el autor ha ido poniendo en cada momento cuál de los personajes es el que está viviendo la situación. Y hay añadidos unos dibujitos muy graciosos. En eso es diferente a los otros libros suyos.
La familia que aparece está al borde de una gran crisis, los problemas del día a día se van haciendo más grandes hasta que estallan y no saben cómo solucionarlos. Dudan de su felicidad familiar.  Son las típicas cosas que pueden pasar dentro de cualquier familia, las cosas sencillas que pueden hacer que sean o el todo o la nada.
Cada personaje al contar, como ya he dicho, como lo vive hace que veas las cosas desde las diferentes perspectivas. Te hace pensar que muchas veces (si no todas) antes de llegar a una conclusión hay que ponerse un poco en la piel del otro. Sobre todo antes de tirar nada por la borda. Esta familia por dentro se siente como monstruos porque no son capaces de unirse para ser felices, por eso la bruja les convierte en tal. Y sólo si no se sienten monstruos por dentro, encuentran la felicidad interior, no lo serán por fuera.
La fantasía de los acontecimientos es la forma de hacer una metáfora de cómo se pueden sentir las personas. Es una lección en la que si valoras lo que tienes, intentas cambiar lo que no quieres y a ello le añades el poder hacerlo junto con tu familia, todo puede superarse, si no comprenderse, olvidarse, perdonarse… Es ser feliz en sí, amar la vida. No sentirte mal, estresado y no humano… No ser un “monstruo”.


Pendientes

Hasta que no tuve nuevos agujeros en las orejas (hace ya mucho tiempo atrás) no andaba cambiando de pendientes, pero cuando tuve más (tengo tres en la derecha y dos en la izquierda) empecé a aficionarme por este complemento. Es sin duda el complemento que más me gusta porque es el único que uso a diario y me gusta combinar sus colores con la ropa que lleve ese día. Es mi "punto pijo".
Los que uso en los agujeros de abajo son los que tienen el gancho tipo hippie porque son los que quedan colgando. En los otros tres uso pequeños de tuerca.
Los pequeños de tuerca suelen ser de plata, de esos que se encuentran en los puestos de ferias medievales o en los de Navidad (lo que me recuerda que aún no he ido a mirarlos este año...).
No compro en joyerías y por ejemplo el oro no me gusta.
Los grandes son de bisutería. Tengo la suerte de que nunca me ha dado alergia ningún tipo de material. Así es como los tengo de abalorios de plástico, madera, tela, metales varios, etc. Y es la forma de tener muchos sin dejarme un dineral. 
Algunas veces aprovecho las ofertas del Claire´s para comprar pendientes que me gustan más baratos que cuando los han sacado como novedad en la tienda. 
Los que te venden muchos pequeños en un mismo blister pueden resultar "caros" teniendo en cuenta que los que tienen color suelen perderlo... Así que, si sólo valen de 1 a 3€ pues merecen la pena.
También me gusta crearlos. Con la cantidad de abalorios chulos que encuentras puedes hacer pendientes originales y únicos. 
Tengo algunos que son regalos y siempre al usarlos me acuerdo de la persona que tuvo el detalle.
Tengo en concreto tres pares hechos por mi hermana con fimo que ¡son una pasada!
Los pendientes que hizo mi hermana
Y algunos de los que he comprado en puestos también son artesanales.
Cuando visito otro lugar aprovecho la excusa de comprarme algún par como recuerdo.
Otra excusa es pensar que no tengo ninguno que combine con la nueva camiseta del momento.
Aunque alguna vez he hecho algunos a posta con tal fin. Unos pendientes "exclusivos" para tal ropa.
Pero tenga los que tenga (no sé cuántos), nunca tendré demasiados... Después de todo hay muchos días al año para poder usarlos todos.


Los de gato regalo de una amiga, los camaleones de un puesto y los otros del Claire´s 
Hechos por mí



jueves, 18 de diciembre de 2014

Kiwi

Kiwi fue mi querida mascota hasta hace poco, van a hacer seis meses sin él...
Kiwi era un degu. 
Kiwi era especial.
Apareció en mi vida como un regalo de cumpleaños. Unas amigas que sabían de mis ganas por tener una pequeña mascota me llevaron a ver animales en una tienda de mascotas. En eso que me dicen: mira que "bicho" tan gracioso tienen y si quieres te dejan cogerlo. Y así fue como en mis manos cogí por primera vez a "ese bicho". Claro, fue un flechazo instantáneo porque me pareció muy bonito y gracioso. Me preguntaron si me gustaba y al decir que sí me soltaron que era lo que tenían pensado regalarme por mi cumple. Les dije que no hacía falta, pero insistieron. Me dijeron si quería el que acababa de coger y aún tenía en sus manos el de la tienda u otro de los que tenían. Como era a él (ya me dijeron que era macho) a quien había cogido no escogí a otro degu.
Una vez tenía a quien pasaría a llamarse Kiwi (luego explico el por qué de su nombre) dentro de una caja de papel y, antes de llevarlo a casa, decidimos tomar primero un café. Kiwi desde el principio dejó bien clara su afición por morder todo. Se había quedado dentro de la caja y esta a su vez dentro del coche de mi amiga. No lo llevamos con nosotras para no ir con la caja dando tumbos y como eran sólo unos 15 minutos, pues no pasaba nada. Eso creíamos porque a él le dio por morder la caja. Yo estaba inquieta por haberle dejado sólo e insistí en darnos prisa y volver pronto junto a él. Y si no llega a ser porque nos dimos más prisa de lo pensado nos lo hubiésemos encontrado suelto por el coche. Por suerte no salió de la caja y no ocurrió nada, pero pensé pues anda que ya lo estoy cuidando bien...
El sitio que ocupó en casa fue fácil desde el principio, su jaula estaba hecha en una estantería que hay en la terraza en casa de mis padres. Por aquel entonces vivía con ellos. La estantería es de madera y lo que es el fondo lo dejó agujereado. Pero por ahí al pegar a la pared no podía salir. Mi padre le hizo una escalera porque tenía como dos plantas, pero la escalera se convirtió en serrín.
Y es que los degus son unos de los animales a los que más les gusta roer. Se divierten así.
Cuando me independicé le cogí de primeras una jaula para conejos, pero agujereó el suelo al ser de plástico. Su última vivienda era una jaula para pájaros.
Aunque estaba ahí metido de vez en cuando le sacaba para que pudiese correr por el baño. El sitio donde no había escondites para meterse ni cosas que pudiese roer tan fácilmente. Eso sí, vigilándolo porque si no iba a por la puerta.
Le gustaba subirse por encima de mis piernas.
Le rascabas la barbilla y se quedaba como grogui de lo que le gustaba.
De vez en cuando a parte de su comida para degus o en su defecto de roedores en general, me gustaba darle algunas pipas de girasol, pistachos, cacahuetes o almendras. Las almendras sin pelar porque así podía roerlas.
Alguna vez le di algún trozo de galleta, poco porque lo degus tienden a la diabetes.
Si al darle alguna de estas "golosinas" hacías como si se la fueses a quitar emitía un ruido de gritito histérico.
Es increíble la cantidad de ruidos distintos que hacen estos animales.
Con el tiempo más o menos "traduje" lo que me decía.
No me quiero extender mucho y además ahora mismo no sé que más podría contar sobre él, y lo que viví junto a él es difícil de contar porque las sensaciones son difíciles de describir.
No me des besos pesada (mirar su patita)
Sólo quiero añadir que es, era y será muy especial para mí. Y siempre le querré.
Y como le cantaba con la música de la canción de los Picapiedras: Kiwi ultra Kiwi, el más bonito de los degus es.
¡Casi me olvido! Dije de contaros el por qué de su nombre. Tan sencillo como que su cuerpo redondo y peludo en color marrón me recordaba a los kiwis. 


"Filosofía de hoy todo me la pela"

Ante todo aclarar que soy una persona que le da demasiadas vueltas a las cosas. Continuamente me imagino que podría suceder si tal cosa o si tal otra cosa. Pero hay veces en las que pienso "me la pela" y, aunque no sea del todo cierto (siempre he pensado que es más fácil engañar a otros que a uno mismo...), al menos debería practicar más esta "filosofía".
La ansiedad que cualquier situación fuera de lo cotidiano pueda producirnos se aumenta mucho más por cuestiones que realmente no sabemos si serán o no así hasta que no llega el momento. Otros momentos de estrés, en mi caso suelen ser en el trabajo, se hacen más estresantes por querer estar pendiente de demasiadas cosas que casi nunca son necesarias o no son realmente de nuestra responsabilidad. Es en esos momentos donde hay que decirse mentalmente un "me la pela" y hacer lo posible porque no sean sólo palabras.
En estos últimos días se lo he dicho muchas veces en el trabajo en voz alta a mis compañeros, pero realmente no lo cumplía. Mi cabeza sigue dándole vueltas y vueltas, y al final ¡te mareas! Y eso no puede ser porque con tu cabeza (pensamientos) estás las 24 horas del día y es agotador.
Otro momento para aplicar esta "filosofía" es ante personas por las que das mucho (no me refiero a material) y por las que te implicas más de lo que se merecen. Ojo, pueden ser grandes personas pero no grandes personas que deban estar dentro de tu vida. Aquí vuelvo a insistir es que es con uno mismo con quien se está las 24 horas del día y no con nadie más. Y es con quien más a gusto debemos estar. Estar pensando en que pasará con tal persona que no va a dedicar ni un minuto de su día en acordarse de ti, no es nada productivo y puede ser muy doloroso si eres de los de dar vueltas a todo...
Pues para esas personas otro "me la pela".
Este texto se merecería otro "me la pela" porque son muchas explicaciones y es algo que también hago mucho. Explicar, explicar y explicar. Y como bien dice Óscar Wilde: nunca des explicaciones. tus amigos no las necesitan. tus enemigos no las creen.
En esos momentos en que empiezo a explicar cosas que no tengo porqué debería plantearme pasar de ellas y que "me la pelen". Si esta frase la dijese un hombre en voz alta sería gracioso...
Esta "filosofía" podría ser un buen propósito para este próximo año.
Quizá así viviría sin estrés innecesario, más feliz y con la cabeza más despejada.
Quizá esta palabrería sólo es una chorrada... 


¿Pero qué hago dando explicaciones de lo que escribo? Si no os ha gustado, "me la pela".


Colores de otoño

El otoño no está entre mis estaciones preferidas por varios motivos: comienza el frío (y adoro el sol y el calor), los días se acortan y, en general, me parecen más deprimentes. Pero lo que sí que me gusta del otoño son sus árboles. Los árboles me gustan en cualquier época del año, pero es en el otoño donde se pueden ver muchos contrastes de colores. Entre árboles de hojas perenne con ese verde se ven los que se "han quedado calvos". Pero lo que más me gusta es cuando en el mismo lugar se ven árboles con hojas con distintos tonos de verdes, amarillos, naranjas, marrones o granates. 
Habrá mucha gente que no se pare a mirarlos porque son "simples" árboles. Habrá mucha gente que puede pensar pues ¡vaya tontería!.
Pero habrá otras personas que, como yo, se paren a mirarlos y admirar su belleza.
¡Y es una de las cosas sencillas y gratis de esta vida!

Esta mini entrada es un pequeño homenaje a unos de los seres vivos que más me gustan del Mundo. 
¿Te has parado hoy a mirarlos?



miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mimi, mi gata

Hace un par de años:
Desde hacía algún tiempo mi novio y yo teníamos la idea de adoptar un gato. En un principio pensamos en un macho (esto más bien porque ya tengo uno donde mis padres y no sé...) y si era más joven mejor porque así se suponía que sería más fácil adaptarnos todos. Tendría menos moldeado su carácter y podríamos tenerlo más tiempo con nosotros que si se trataba de uno más mayor o viejo. 
Pero cuando por fin estábamos seguros de dar el paso de la adopción, la protectora nos sugirió como gato a adoptar una hembra de casi el año de edad. Se trataba en ese momento de Mi (sólo un mi). Nos mandaron una foto y ¡cómo decir que no! Como yo estaba muy nerviosa, parte por la emoción, parte porque quería que todo fuese perfecto y toda la parte porque soy puro nervio, no sabía si acudir a por Mi al día siguiente de confirmarles que sí, que la adoptábamos, o ir en unos días y preparar sus cosas. Quería tener su caja de arena, cacharros para la comida y algún juguete.
No recuerdo bien si fuimos al día siguiente o a los dos días, sólo recuerdo que cuando llegamos Mi estaba en su primer celo y que nos sugirieron si queríamos esperar a que se le pasara porque no nos resultara molesto. Dijimos que no, que ahora que ya la habíamos visto nos la queríamos llevar ya a casa, a nuestra, su casa.
Mi, que en ese momento pasó a llamarse Mimi (ya que Mi me parecía muy corto) llegó a nuestra/su casa inquieta y haciendo "el baile del culito" que es como llamo a lo que hacen las gatas al levantar el trasero y ponerse con las patas torcidas en pleno celo. Es muy gracioso de ver, pero ellas no lo pasan nada bien. Era su primer celo y penúltimo (tuvimos que esperar al siguiente por la fecha que teníamos para su esterilización...), con la misma protectora en los gastos de la adopción ya te dejan concertada la esterilización.
Quienes no tengáis gatos ni perros igual no sabéis del bien que hacéis al tomar la medida de esterilizar a vuestros amigos peludos. Pero no quiero dar consejos (que no están mal) si no contar la historia lo más completa posible sobre Mimi.
Esa noche estuvo muy pesada, pero yo ya la adoraba igualmente.
Con los días se calmó y más tarde llegó la esterilización.
Por trabajo no pude acompañarla a la operación, pero mi novio la llevó acompañado de un tío mío al que le pedí el favor de si podía acercarles en coche para hacer más cómodo el transporte de Mimi al ser en menos tiempo que si hacía el trayecto en transporte público. La clínica concertada no estaba en donde vivimos y pillaba algo lejos. Quizá a más de una hora en transporte. 
El caso es que mi tío me hizo ese favor enorme y Mimi llegó y volvió a casa de la operación perfectamente. Estaba algo atontada y tenía la tripa con sus puntos. Me daba miedo que se fuese a rascar o al moverse se hiciese daño, pero no ocurrió nada de eso y las cosas fueron bien. Sólo le molestaba la "campanita" (collar isabelino) para comer, se chocaba y andaba algo perdida. Pero con lo lista que es no tardó en ver cómo le resultaba más cómodo comer. Otra cosa que hacía la pobre era intentar lamerse la tripa (su "zampita"), lo que hacía que lavase la "campanita" al no poder llegarse. Pero esa etapa pasó y quedó libre del celo y de cualquier molestia.
Y nos fue demostrando, y sigue haciéndolo, lo lista que es. Tiene mucho carácter porque siempre te deja bien claro si no quiere algo. 
Juega a traerte con la boca ratones de juguete o gomas para pelo. Es muy divertido verla haciéndolo. Cuando hay gente no lo hace para dejarme mal. Aunque cada vez hay más gente que ha logrado verla. Los primeros días incluso intentaba quitarme la goma de la coleta mientras estaba durmiendo. Eso ya no lo hace, por suerte. 
Como buena gata le gusta meterse en las cajas, mochilas, cajones abiertos, armarios, bolsos...
Le gusta tumbarse sobre ropa recién doblada, el teclado del portátil más si lo estoy usando (es más emocionante), mi abrigo del curro cuando lo dejo encima de la cama (más si tengo que volver a ponérmelo), un cojín en forma de corazón que ya está proclamado como suyo, y cualquier sitio que es ese momento le parezca de un gran interés.
Se lava muy a menudo porque es muy presumida y quiere tener su pelo blanco y brillante.
Cuando quiere se sube encima tuya. Cuando no quiere "la secuestramos" y, a veces, se queda conforme.
Cada vez que entras en la cocina te persigue por si "caen unos bocaditos" (lata de comida blanda).
Y siempre las 24 horas del día, sin que lo sepa, nos tiene como "tontos" pensando en por y para ella.
Tendría montones de anécdotas por contar, pero por hoy lo dejo así. Quizá un día haga otra entrada contándolas.
Fue Mimi y no otro porque era nuestro destino. Ese destino que puede poner en tu camino seres maravillosos.
La foto que me mandaron desde la protectora


En su cojín


Cuando estaba operada


En un buen lugar



Reseña del libro: Doctor sueño

Sinopsis

El autor vuelve al mundo de El Resplandor, una de sus novelas más queridas y emblemáticas. Ahora Danny Torrance, aquel niño aterrorizado del Hotel Overlook, es un adulto alcohólico y sin residencia fija que va de ciudad en ciudad atormentado por sus visiones y por los fantasmas de su infancia, que ha aprendido a controlar pero no a eliminar de su mente.
Un día se siente atraído por una ciudad de New Hampshire, donde encontrará trabajo en una residencia de ancianos y donde se apuntará a reuniones de Alcohólicos Anónimos. En ese lugar le llega la visión de Abra Stone, una niña que necesita su ayuda. La persigue una tribu de seres paranormales que vive del resplandor de los niños especiales. Parecen personas mayores y totalmente normales que viajan en sus autocaravanas, pero su misión es capturar, torturar y consumir a estos niños. Se alimentan de ellos para vivir y el resplandor de Abra tiene tanta fuerza que los podría mantener vivos durante mucho tiempo.
Danny sabe que sin ayuda Abra nunca conseguiría escapar de ellos; juntos emprenderán una lucha épica, una batalla sangrienta entre el Bien y el Mal, para intentar salvarla a ella y a los demás niños que sacrifican.

Opinión personal

En primer lugar decir que una vez más el libro vino a mí sin elegirlo, pues fue un regalo. Un regalo que me gusta mucho y que llamó mi atención nada más verlo ya que he leído bastantes novelas de Stephen King y todas (algunas mejores que otras, algunas más fluidas que otras,...) me han gustado. También me gusta su portada y contraportada. No hay que juzgar un libro por su portada, pero en este caso sería para bien.
Por otro lado, comentar que ni he leído ni he visto El Resplandor. Así que no puedo opinar si en éste se relatan comentarios interesantes en relación con dicha obra. Aunque ahora, claro está, tengo curiosidad por leerla.
El libro comienza contándote quién es Dan (Danny), te relata que le ocurrió de pequeño en un hotel llamado Overlook y como eso, unido a sus visiones (su resplandor) le ha llevado a su situación actual de huída de un lugar a otro y a tener una relación muy estrecha con el alcohol. Éste, por desgracia, es el único que hace que se vayan sus fantasmas. En un momento dado le llama la atención la idea de ir a vivir a una ciudad de New Hampshire . Allí será donde empezará con su tratamiento en Alcohólicos Anónimos y donde encontrará un trabajo en una residencia de ancianos.
Pero lo más importante, será donde Abra se ponga en contacto con él.
Abra, es una joven que posee una serie de “poderes”, lo que Dan llama el resplandor. Ella posee un resplandor más fuerte que el de Dan. Una de las cosas que es capaz de hacer ella con ese resplandor es enterarse telepáticamente del asesinato de un niño y saber quiénes son los culpables del mismo. Los asesinos son en apariencia unas personas que viajan en autocaravanas y de aspecto normal, no siendo así en realidad ya que se tratan de unos seres paranormales que se alimentan del resplandor (el vapor, como le llaman) de los niños especiales. Para obtener su vapor necesitan torturarlos y matarlos. La telepatía de Abra es lo que la hace ponerse en contacto con Dan para pedirle ayuda. Ya que al indagar ella en el asesinato del niño ha abierto la puerta a que esos seres sepan de su existencia, de su gran resplandor y no sólo quieran acallarla por lo que sabe, si no para saciar su sed de hambre y venganza. Dan, ahora ya rehabilitado de su alcoholismo y sintiéndose en la obligación moral, no dudará en ayudarla.
No voy a hacer referencia a otros personajes que aparecen por ser bastantes (padres, abuela, amigos de Dan….). Así como nombrar a dichos seres paranormales. Si cabe destacar, entre dichos seres, a Rose la Chistera ya que entre ella y Abra girará especialmente la batalla final.
Doctor Sueño engancha. Es un libro en el que te caen bien los personaje, un libro de esos que quieres terminar de leer para saber qué pasa y a la vez no por si no terminan las cosas como querías. Es uno de esos libros de este autor de los que digo que son más fluidos y, por tanto, no se hace nada pesado. Y de los que más me han gustado suyos junto con Cementerio de animales, La milla verde, El talismán y La Cúpula.


Autor

Stephen Edwin King (Portland, Maine, 21 de septiembre de 1947) es un escritor estadounidense conocido por sus novelas de terror. Los libros de King han estado muy a menudo en las listas de superventas. En 2003 recibió el National Book Award por su trayectoria y contribución a las letras estadounidenses, el cual fue otorgado por la National Book Foundation.
Es conocido mundialmente por haber sido el autor de novelas como Carrie, El resplandor, It, Cementerio de animales, Misery, El misterio de Salem's Lot, entre otras muchas. King, además, ha escrito obras que no corresponden al género de terror, incluyendo las novelas Different Seasons, El pasillo de la muerte, Los ojos del dragón, Corazones en Atlántida, 11/22/63 y su autodenominada "magnum opus", La Torre Oscura. Durante un periodo utilizó los seudónimos Richard Bachman y John Swithen(Información sacada de Wikipedia)

Un nuevo amigo

TORMENTA

Llueve, bueno no sólo llueve, menuda tormenta se ha desatado. Los truenos son muy fuertes, me tapo la cabeza con la almohada. Sí, ya sé que soy mayor, que tengo cinco años, pero no lo puedo evitar, me dan miedo las tormentas.
Además, estoy en una cama extraña. Es cierto que he venido otras veces, pero han sido dos días. Un fin de semana, como mucho. Me voy a explicar y contaros quien soy y donde me encuentro. Mi nombre es Andrea y como ya sabéis tengo cinco años, estoy pasando unos días en la casa del pueblo de mis abuelos. Mis padres se han ido de viaje de negocios y aquí me han dejado. No, no me quejo, adoro a mis abuelos y no sólo porque mi abuela prepare las mejores galletas del mundo y mi abuelo me cuente historias fantásticas antes de irme a dormir, si no porque son unas personas de buen corazón que sé que darían todo por mí. Ahora es de noche y hay una enorme tormenta, no les he dicho que tengo miedo porque estarán durmiendo y no quiero despertarlos. Se levantan temprano, les gusta preparar la casa y la comida juntos. Están llenos de vitalidad, pero son abuelos y necesitan dormir. Me armo de valor y decido aguantar por esta noche.
El clima suele ser tranquilo pero he tenido que venir en época de tormentas, es lo único que puede fastidiarme la estancia en la casa.
Os voy a contar un poco como es la casa, a mí me parece un palacio para princesas. Princesa, así es como me llama mi abuelito, que no os lo había dicho. Soy su princesa y consigue hacerme reír con eso. Dice que valdría para hacer tanto de Blancanieves como de Cenicienta, porque cuando sea mayor, con lo bonita que soy, todos los príncipes se enamorarían de mí locamente. ¡Puaj! Yo no quiero tener novio, los chicos siempre me tiran de las trenzas y me enseñan bichos asquerosos para ver si consiguen hacerme llorar.
Bueno, la casa, es pequeñita, recubierta de madera con grandes ventanas. Por dentro es rústica, aprendí esta palabra el año pasado, me encanta pronunciarla. Tiene muchas figuras y cosas que mis abuelos han traído de cuando hacían viajes por el Mundo. Tiene un patio lleno de árboles y flores. Mi abuela es una gran jardinera y tiene desde rosales hasta flores que no sé ni cómo se llaman. A mí todas me parecen preciosas. Me gustan las de color amarillo que se parecen a las campanillas y están hacia abajo. Mañana, sin más, le preguntaré a mi abuela por sus nombres. Creo que voy a hacer un cuaderno con dibujos de las flores y sus nombres. Así cuando esté con mis amigas se las podré enseñar. Mañana, cuando por fin haya pasado esta tormenta...

MAÑANA – ENCUENTRO

Al día siguiente relucían las gotas de rocío en las famosas flores amarillas.
El olor del césped y la tierra limpia y mojada unida al aroma de los bollos recién horneados me hizo levantarme de un salto. Me calcé mis zapatillas de conejitos violetas y me fui a dar un beso de buenos días a mis abuelos. El desayuno era realmente delicioso.
Luego subí junto a mi abuela a darme un baño calentito y vestirme, nos íbamos a hacer la compra al centro del pueblo, lleno de pequeñas tiendas a pie de calle.
Yendo de camino, junto a un coche, vi una sombra pasar, como soy un poco asustadiza (ya sabéis) me imaginé un fantasma. Me abuela me dijo que no podía ser un fantasma, que a ella lo que le había parecido ver era un gatito negro.
Le dije que entonces quería buscarlo, que si era pequeño habría que buscar a su mamá. Que tendría miedo. Dimos una vuelta alrededor de la zona y no vimos nada. Seguimos con las compras. Pero al salir escuchamos unos maullidos, ya no cabía duda, se trataba de un gato. Mucho mejor que un fantasma.
Me encantan todos los animales, pero los gatos y los perros son mis preferidos. Nunca he tenido ninguno, mis papás no los quieren en casa. No es porque no les gusten, si no que me han dicho que hay que cuidarlos como a un bebé, no sé yo, no se les puede poner un chupete, no lo entendí muy bien. Ellos viajan bastante y yo aún soy pequeña (según ellos, ¡qué tengo cinco!) para cuidar de uno.
Cuando vamos a los centros comerciales de la ciudad y veo una tienda de mascotas siempre miro a los cachorros que se encuentran en las urnas esperando un hogar. Me dan mucha penita, no sé como los adultos (siendo tan listos) pueden tenerlos metidos en ese espacio tan chiquitito, a mí me daría una cosa que me dijo mi abuelo se llama claustrofobia.
Convencí a mi abuela para buscar otra vez al gatito. Y lo encontramos. Era muy pequeño, negro, con los ojitos como sucios y no paraba de maullar como asustado.
Le pregunté a mi abuela que qué le pasaba en los ojitos, ella me dijo que probablemente tendría legañas y entonces habría que limpiárselos para que no se le pusiesen peor.
Sin pensarlo dos veces le dije que tendríamos que llevarlo a casa, que no le podíamos dejar sólo y con los ojos así. Se lo pensó un rato, aunque a mí me pareció una eternidad. Me dijo que sí, que le llevaríamos a casa. Me alegré tanto que salté a su cuello y le di muchos besos en la cara. Me paró y me dijo muy seria que sólo lo llevaríamos a casa para curarle los ojos y después habría que buscarle una familia. Le puse mi mejor cara de vale, pero en el fondo pensaría la forma de poder quedármelo para siempre.
A mi abuela le costó un poco cogerle, ya que al estar asustado quería huir.
Finalmente lo pudo coger y así lo llevamos a lo que sería (eso, aún, no lo sabía mi abuela) su futuro hogar.
No me dejó cogerle porque me dijo que primero había que llevárselo a la veterinaria del pueblo para que le mirase bien y nos dijese su estado de salud. Y además, si le cogía no debía ni tocarle los ojos y tendría que lavarme muy bien las manos después.

UN NOMBRE PARA EL GATITO – UN NUEVO AMIGO

Tras llevarle a la veterinaria y confirmarnos que sólo tenía una pequeña conjuntivitis, fácil de tratar, entró en nuestras vidas.
Y si a la abuela le había costado poco acogerle, la convencí, el abuelo se mostró entusiasmado con el pequeño. Sí, era un “niño”. Pero no de los que te tiran de las trenzas, para mi fortuna.
Mi abuelo dijo que teníamos que ponerle un nombre que era lo más importante.
Y le llamé Timi. Me parecía el nombre ideal para él.
Se le curaron los ojitos. Hasta aprendí a echarle la crema y él aprendió que nosotros no le haríamos daño y le querríamos siempre. Son muy listos los gatos.
Era muy bueno y comía como un glotón su comida especial para cachorros. Nada de porquerías, “los gatos no comen gominolas” me dijo un día mi abuela muy seria, casi enfadada, cuando le iba a dar un osito de fresa. No me regañó, me explicó que Timi se podría poner muy enfermo porque su tripita no era como la mía. Como yo no quiero que le pase nada, nunca le he intentado dar otra chuche. Ni siquiera una rica galleta.
Y, ¿sabéis una cosa? Timi es un excelente compañero los días de tormenta. Me acompaña siempre y me dejan que duerma conmigo porque ya está vacunado de todo lo que un gato necesita para estar sano y fuerte. Y junto a él no me dan miedo los truenos. Él los mira desde la ventana y si me ve asustada hace un ruidito como regañándoles. Me protege y yo a él. Se ha convertido en mi mejor amigo. Juego con él con una cuerda y tirándole un ratón de juguete con un cascabel. ¡Se vuelve loco persiguiéndole! Le cambian sus ojos de color verde a casi negros. Es muy curiosa la forma en que los cambian. Me han explicado que es por la luz y la concentración, así fijan mejor lo que quieren ver. Ya me gustaría a mí poder hacer eso. Sobre todo porque ven en la oscuridad. Ya no tendría miedo a nada. Sería como tener poderes.
Ahora sólo espero que mis padres me lo dejen llevar a la ciudad. Aún no les he dicho nada cuando hablamos por teléfono. Mi abuelo me aconsejó que esperase, que cuando le vean les pasará como a nosotros, los cautivará y no habrá nada más que decir.
Y si no lo conseguimos, me ha prometido que se quedará con ellos y cuando venga a verles Timi seguirá siendo mi mascota, compañero, amigo y hermano para siempre.


= ^.^ = FIN = ^.^=

Pienso, luego lo digo

La gente se alegra de las derrotas ajenas cuando no tienen logros por los que alegrarse.

El valeroso no es el que se jacta de cualquier cosa que hace, si no el que vence los obstáculos del día a día.

La vida es como un río: si vas a favor de la corriente, fácil. Pero a contracorriente... Aunque hay veces que a contracorriente está lo que anhelamos.

Si cada vez que un estúpido habla se cayese un árbol... ¡Esto sería el Sáhara!

No te hundas cuando no salga bien algo que no dependía sólo de ti. Alégrate si hiciste la parte que te correspondía.

El que va de duro, de listo y/o de sobrado, probablemente, sea porque se escuda frente a su debilidad, estupidez o carencias.
Quien no es así, sólo actúa según siente.

Dicen que no hay dos sin tres... Pues, me llevo cuatro.

Mi corazón tiene un candado y cuando amo de verdad no echo la llave.

Hay tres cosas importantes en la vida: mi ello, mi yo y mi superyo.

Dicen que el hombre proviene del mono... No puede ser posible, el mono no sería tan tonto de "evolucionar" a hombre...

Dicen que la distancia es el olvido. No lo creo, aún lejos y cuando alguien ya está en el cielo (mira que es lejos...), no olvido a quien lo está y le quiero de verdad. 

Prefiero la gente normal por fuera y excepcional por dentro.

Si en vez de tanto COMPRO ORO, existiese unos COMPRO IMBÉCILES, no habría tanto ladrón, y los pocos que quedáramos seríamos ricos.

Las personas son como los árboles, por mucho que la copa sea sólida sin unas buenas raíces no haces nada. Así que no te quedes en lo superficial y avanza para ser cada vez mejor interiormente.

Querer a una persona es fácil, es cuando estás a gusto con ella. Amar es lo complicado ya que implica estar junto a ella en momentos difíciles, cuando no la comprendas, no te comprenda o se tengan ideas contrarias. Se lucha juntos por superar las barreras o se saltan las que no se entiende... En definitiva, estás con ella en cualquier momento y situación. 

No voy a pedir deseos, voy a poner los medios para cumplirlos.

Para mi la gente guapa no es la que tiene una bonita cara, si no la que tiene una mente hermosa.

Cambiar de forma de pensar con respecto a un tema no es falta de personalidad. Es ser una persona viva, de carácter abierto, que quiere aprender o desaprender lo que cree o no cree. Es definitivamente: ser.

No sigo ninguna filosofía, ninguna ideología política ni ninguna religión. Y de ser así, mi filosofía sería ser yo misma, mi política no joder al prójimo y mi religión dejarme guiar por mi corazón.

Siempre que pienso que alguien no puede ser más imbécil, llega otro alguien y lo supera.

El necio siempre cree llevar la razón... El sabio es el que sopesa si la lleva.

Las cosas simples que te alegran el día, son las cosas grandes que te cambian la vida.

Pienso que el alma de una persona es como un puzzle construido por las sensaciones que dejan las personas que vas conociendo a lo largo de la vida.
Las hay que sólo están en el borde, las que se pierden o no encajan en su lugar...
Y las que nos dejan para siempre dejando en el puzzle un hueco irreparable.

Un amigo al igual que un árbol no importa si es alto o bajo, grueso o bajo... Si sus raíces son sólidas (su amistad), se mantendrá durante muchos años.

Te voy a crujir como un palillito de los dientes.

En el tren de la Vida con destino Felicidad no te bajes en Preocupación, Problemas o Pasado. Puedes hacer trasbordo en la estación Amor, Soluciones o Futuro y coger de nuevo el tren Vida y llegar más rápido a tu destino.

Si me ves hablando sola no es que me haya vuelto loca... Hablo conmigo por cuatro sencillas razones: yo siempre me escucho, suelo estar de acuerdo con lo que quiero hacer y, siempre, resulta más fácil explicarte a ti mismo lo que piensas (cuando no encuentras las palabras exactas) que hacerlo a otra persona... No por ello dejaré de contar con mi familia, pareja o amigos cuando me suceda algo. Pero, si me aclaro yo sola, todo es más fácil. ¿Y la cuarta razón? Porque me quiero. 

La verdadera amistad no se basa en lo cerca que se esté físicamente, si no en lo cerca que se está de tocar el corazón de la persona amiga.

Algo pequeño puede tener el corazón más grande.

No importa que todo lo que reluzca no sea oro... A mí me gusta más la plata si es de ley.

No estás sólo si en tu corazón están quienes quieres.

Cierra los ojos, piensa en alguien, ahora está contigo...

No es más fuerte quien no tiene miedos, dudas, fobias o fallos, si no quien a pesar de ellos siempre mira al frente y con la cabeza bien alta.

Con mis familiares y amigos quiero ser transparente; con los desconocidos, traslúcida y con los que no merecen nada de mí, opaca.